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  • Bárbara Pino

El tweet que cambió mi manera de pensar

Actualizado: 22 jun 2020


Viajemos a la fecha del 22 de Junio de 2018, ya había llegado el Mundial de Fútbol en Rusia, era la segunda semana y ese día en la mañana jugaba Islandia vs Nigeria.


Un día antes, mientras veía el juego de Perú vs Australia tenia al frente a mi perrita, Lady, una Golden Retriever de 9 años. Ella tenia una mezcla de odiosidad con cariño (como su dueña) y no me dejaba cargarla ni abrazarla porque se molestaba, pero si se alegraba mucho al verme. Ese día la mire fijamente y pensaba: ¿qué pasará cuando se acabe tu ciclo de vida? ¿será fácil para nosotros? mientras le acariciaba su cabeza y ella expresaba una cara de total felicidad.


En la noche mientras cenaba la tenia a mi lado y realmente no le presté atención, terminé de comer y subí a mi habitación para dormir.


A las 5:00 de la mañana me despierto por la cantidad de luces encendidas en mi casa y al bajar encuentro a mi mamá y a mi hermano con Lady.


Tenia fiebre y estaba muy agitada. Siempre fue una perrita enfermiza, tuvimos que esterilizarla cuando apenas tenia 1 año, tomaba muchos medicamentos, era alérgica a la perrarina, etc.,


¿Qué pensé en ese momento? "otra de las tantas, seguro no es gran cosa". Mi hermano y mi mamá quedaron en llevarla cuando amaneciera al veterinario y yo me fui a dormir de nuevo.


A las 7:00 de la mañana escucho cuando ya están por irse. A la hora me levanté de mi cama, preparé mi desayuno y mientras comía veía el juego de Brasil vs Costa Rica, esperando que mi mamá y mi hermano llegaran con Lady para saber su diagnostico.


A las 11:00 de la mañana, cuando ya iba a sentarme a ver el juego tan esperado Islandia vs Nigeria, recibo una llamada de mi mamá. Por milésimas de segundo pensé: "Tiene que ver con el almuerzo, quizás quiere que vaya adelantando algo", ojalá hubiera sido así, ojalá.


La llamada fue para decirme que mi mascota de 9 años, que desde pequeña soñé con tener, había fallecido.


No podía creer lo que estaba pasando, solo quería que ella regresara a casa, estaba confiada de que así iba a ser. Durante el día todo lo que hacia era llorar, quería tenerla conmigo de nuevo, regresar el tiempo y disfrutarla más. Recordé como el día antes pensaba que ya sentía que le quedaba poquito por ser tan enferma, pero como siempre, se piensa que es muy lejano y no se le da importancia.


¿Y si me hubiera quedado más tiempo con ella a las 5:00am? ¿Y si me hubiera despertado a las 7:00am para verla por ultima vez?


Preguntas, preguntas y más preguntas que me inspiraron a escribir algo en Twitter.


Esta vez fue mi mascota amada y soñada, pero, ¿qué pasa si lo llevamos a nuestro día a día con las personas que nos rodean? ¿Cuántas veces nos dejamos dominar por el orgullo, la soberbia y el egoísmo? ¿Cuántas veces preferimos dejarnos llevar por la flojera o la mentira y no ir a ver a alguien que necesita de nosotros? ¿Por qué nos cuesta tanto enviar un mensaje o llamar a una persona para hacerle saber que nos importa?


Nuestra excusa es: Mañana.


"Mañana le pido disculpas",

"Mejor nos vemos mañana",

"Quizás mañana si esté de ánimos",

"Mañana lo visito, hoy no tengo tiempo",

"Mañana salimos, estoy cansado",

"No pienso arreglar las cosas contigo ahora, hablamos mañana".


Como dice el Papa Francisco: "Nunca terminen el día sin hacer las pases".


El acto de amor mas grande que podemos hacer por nuestro hermano es servirle. Ofrecerle nuestra mano para ayudarle, nuestros oídos para escucharle, nuestra lengua para aconsejar, una entrega sincera y desinteresada, de esas que llenan el alma, de esas que no hace falta nada material. Hacerme chiquita cuando sé que cometí un error y perdonar cuando recuerdo que puedo cometer el mismo error que el otro.


Esto no quiere decir que debas perder tu dignidad como persona, pues Dios te ha dado algo que se llama discernimiento y el discernir no es más que saber cuando haces la voluntad de Dios o no. Hay veces en las que simplemente debes alejarte de una persona que te hace mal, allí está tu dignidad, pero eso no quiere decir que tu amor hacia esa persona como tu hermano e hijo de Dios deba cambiar, pues mas bien te invita a que ames a tus enemigos.


Luego de ver el impacto que tuvo un simple tweet que salió de mi corazón como un consejo de amor de hermana hacia los 770 seguidores que tenía en Twitter (cerré esa cuenta), no cabe duda que debemos estar mas pendiente de lo que publicamos en nuestras Redes Sociales, pues el impacto de que llegue a tantas personas es tan grande que podemos sembrar en sus corazones y mente un mensaje que no es el más adecuado.


Yo realmente estoy feliz de que ese tweet haya llegado a mas de 21.530 personas. Espero que los haya hecho reflexionar sobre sus acciones y actitudes, así como el dolor me hizo darme cuenta de muchas cosas que hacia mal.


Un dolor que sirvió como propósito para crecer, para ser más fuerte, para encontrarme más con Dios, para entender que necesitaba ayuda profesional y espiritual, pero sobretodo para dejarme amar por los demás.


Con amor, Bárbara

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